miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Discutes a cada rato con tus padres?

Sin importar el tema que se toque, cuando discutes con tus padres se crea un ambiente muy incómodo.
¿Cómo puedes expresarte sin que una conversación se convierta un batalla campal?
Es fácil decir: “Eso es problema de mis padres. Son ellos los que siempre están encima de mí”. Pero pregúntate: “¿Qué poder tengo para cambiar a los demás, incluidos a mis padres?”. La realidad es que la única persona a la que debes cambiar es a ti mismo. Pero si tomas la iniciativa en aliviar la tensión, tus padres estarán más dispuestos a escucharte calmados.
Así que veremos qué puedes hacer tú para enterrar el hacha de guerra. ¿Quieres sorprenderte y sorprender a tus padres con tus nuevas capacidades comunicativas? Entonces pon en práctica las siguientes recomendaciones:
Piensa antes de hablar:
No sueltes lo primero que se te ocurra cuando estés bajo tensión. Por ejemplo supón que tu madre te dice: “¿Por qué no has lavado los platos? ¡Nunca haces lo que te mandan!”. Una respuesta  irreflexiva sería: “¡No me molestes!”. Pero es mejor que uses tu capacidad de pensar. Intenta ver lo que hay tras esas palabras. Normalmente, no puedes tomarte al pie de la letra expresiones con siempre o nunca; aunque sí indican lo que siente la persona que la usa. ¿Qué podría ser?
Tal vez una madre esté agobiada porque ella sola no puede sola con todos los quehaceres, y posiblemente lo que necesita es que le confirmes tu apoyo. O, para ser sinceros, lo que pasa es que te has escabullido varias veces y no has cumplido  con tus obligaciones.
De todos modos, replicar con un: “No me molestes” no te servirá de nada, excepto para pelear. Sería mejor que clamaras a tu madre diciéndole algo como: “No te molestes, mamá, ahora mismo lavo los platos”. No tiñas tus palabras de sarcasmo. Solo conseguirás reducir la tensión si con tu forma de responder  demuestras que entiendes a tu madre.
Aplica:
Escribe una frase que algunos de tus padres pudiera decir que te sacara de tus casillas.
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Ahora piensa en una respuesta tranquila con la que demostrarías que entiendes cómo se siente.
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Habla con respeto
La mejor manera de responder a los padres es hablar despacio y sin alzar la voz, y no pongas los ojos en blanco ni hagas ningún gesto de irritación. Si te parece que va a estallar. Por supuesto, tu objetivo debe ser  mantener la calma para no añadir más leña al fuego.
Aplica:
Apunta las palabras y gestos que deberías evitar.
Palabras:
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Gestos:
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Escucha
Permite que hablen tus  padres y préstales toda la atención que se merecen. Apaga la música, deja a un lado el libro o la revista que tengas a la mano y míralos a la cara. No los interrumpas ni  justifiques tus actos. Sólo escúchalos. Ya tendrás tiempo de hacerles preguntas o darles explicaciones cuando hayan terminado de hablar. Por otro lado, si no das tu brazo a torcer, seguramente conseguirás que empeoren las cosas. Incluso si crees que se te ha quedado algo por decir , lo más probable es que sea “tiempo de callar”.
No temas disculparte
Siempre es útil pedir disculpas por haber dicho o hecho algo que caldeó los ánimos. Hasta puedes decir que lamentas haber peleado. Si te cuesta hacerlo cara a cara, prueba escribiendo una nota. Luego, procura evitar en lo sucesivo lo que hizo saltar la chispa. Por ejemplo, si la causa fue no cumplir con  tus tareas , ¿por qué no sorprendes a tus padres teniéndolas listas? Incluso si no te gustan, ¿no sería mejor hacerlas que enfrentarte a las consecuencias cuando ellos vean que no las has terminado?
En resumidas cuentas, esforzarte por resolver o prevenir conflictos te hará la vida más fácil. De modo que piensa en lo mucho que ganas cuando tratas de minimizar la tensión entre tú y tus padres.
Las familias felices tienen choques, pero saben cómo resolverlos en paz. Si pones en práctica estas recomendaciones, hasta podrás abordar con tus padres temas complicados, y eso sin discutir.

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